La principal peculiaridad de esta pequeña localidad es la dispersión de su poblamiento, ya que en realidad se trata de un conjunto de viviendas (la mayora de ellas subterráneas).
Este nombre, que nada tiene que ver con la palabra castellana, que significa orilla o borde y derivada del latín “margo"," marginis”,El Margen procede en realidad de la palabra árabe “marya” que significa prado, pradera o lugar de pastos, es decir, este lugar era utilizado para siembra y pastos.
En el siglo XVIII el topónimo se pluraliza: “los márgenes” denominado por el cura de Galera a finales de esa centuria, “Margen Alto” y “margen Bajo” (hoy en día Margen de arriba y Margen de abajo).
POBLACIÓN
El aumento de población que las aldeas fueron ganando en el término de Cúllar, tuvo su reflejo en las instituciones municipales. A partir de siglo XVIII, la jurisdicción aparece dividida en cinco aldeas: El Margen, Vente Quemada, Vertientes, Matían y Pozo Iglesias. Cada una de estas aldeas estaba representada en el ayuntamiento de Cúllar por un “diputado”, algo así como los alcaldes pedáneos actuales.
Este aumento poblacional continuó de forma más moderada a lo largo del siglo XIX.
Pero lo que no tuvo paragón fue el aumento de los habitantes de las aldeas y cortijos: de constituir el 30% de la población cullarense pasó a suponer más de la mitad (53%) de los habitantes del término municipal.
Y en todo este espectacular incremento le damos especial significación a El Margen, como se prueba en la siguiente tabla:
Año número de habitantes
1789 150
1815 228
1878 714
1887 615
Como podemos comprobar, la población margenera se multiplicó por cuatro en menos de un siglo. Lo más interesante es confirmar la creciente importancia que tuvo en el conjunto del termino municipal, pues de constituir un 5% de su población total, pasó a suponer en torno al 10%. De mayor relevancia fue, aún, el peso alcanzado con respecto al resto de los anejos cullarenses: en 1815 pasó a convertirse en la primera con más relevancia.
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