La música es tan antigua como la historia de la humanidad, y está vinculada al origen de sus actividades fundamentales, como el lenguaje y la comunicación. No existe civilización alguna que no haya manifestado interés por el canto, por la danza o por la invención de instrumentos musicales. Pero construir los primeros pasos de la música en la historia del ser humano no es menos difícil que reconstruir el mundo de las civilizaciones más antiguas, y requiere las mismas técnicas: exacavaciones arqueológicas, desciframiento de documentos e interpretación de pinturas y decoraciones. A partir de estos rastros fragmentarios se inicia el conocimiento del camino milenario de la música.
Un arpa milenaria.
En las excavaciones de la ciudad de Ur, en Mesoponamia, se encontró un arpa de madera de 2500 a. C., adornada con lapislázuli (piedra de color azul); la posición de un esqueleto desveló la técnica de ejecución.
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