El CD-ROM fue inventado por James Rusell, un físico de General Electric. Era un gran aficionado a la música. Creó su primer CD-ROM en 1970. Todo comenzó cuando James Rusell, estando solo en su casa pensó como mejorar el estudio de grabación de música. Ideó un sistema para grabar y reproducir sonidos. Desarrolló su idea gracias a una placa fotosensible que podría marcar un micrón de diámetro con una luz. El CD-ROM está hecho de policarbonato, de 74 minutos de duración y 12 centímetros de diámetro. El CD-ROM se empezó a comerciar en 1983, antes se utilizaban discos de vinilo que eran leídos por un tocadiscos. En 1990 fue cuando le ganó el CD-ROM al disco de vinilo, es decir, se empezó a utilizar más el CD-ROM que le disco de vinilo.
Esta información ha sido sacada de: http://http//www.saberia.com/2010/06/quien-invento-el-cd/
Alberto, lo que has hecho ha sido copiar directamente el enlace que has puesto en tu post. Esto no es válido en cuanto que no lo has escrito tú. Escribir una entrada implica un acto reflexivo en el que a partir de ideas e información de diferentes fuentes se crea algo nuevo. Es, por tanto, un acto creativo.
ResponderEliminarDebéis tomaros todas estas cosas del plagio mucho más en serio.
Lleva razón Pedro. Además, la historia del CD encierra una de las anécdotas más curiosas en las que el mundo de la tecnología y el mundo del arte se unieron. Parece ser que en la carrera por crear el primer disco compacto compitieron dos grandes de la tecnología: Philips y Sony. Los japoneses impusieron el diámetro final del disco, que es de 12,7 cm. Era el diámetro justo para que un disco pudiera llevarse en los bolsillos superiores de las camisas (no sé hasta que punto esto será cierto...). Quedaba por determinar la duración o capacidad de almacenamiento de los discos. Y aquí entra en escena uno de los grandes directores de orquesta del siglo XX, controvertido y racial: Herbert von Karajan y un tal Beethoven. Herbert quería grabar en formato digital la novena sinfonía. Solicitó a la casa Philips que los nuevos discos compactos fuesen capaces de almacenar, al menos, los 74 minutos que dura la pieza (hasta entonces sólo admitían 70 minutos). Dicho y hecho. Japones y holandeses se pusieron de acuerdo. Si, en efecto, los actuales discos compactos duran 74 minutos, en honor a la novena sinfonía de Beethoven. Von Karajan pudo así regalarnos en CD una de las obras inmortales que podemos disfrutar sin cortes.
ResponderEliminarUn dato curioso:
ResponderEliminarLa RAE acepta el término "cederrón"
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?LEMA=cederr%C3%B3n
Por cierto, ¿será verdad que la novena sinfonía de Beethoven dura exactamente 74 minutos? Mozuelos, poned en vuestro lector de CD la Novena y comprobadlo (Antonio gustosamente os la proporcionará, seguro). De paso, aunque sólo sea de refilón, oíd la pieza ¡Los pelos como escarpias! A ver si hay algún valiente...
ResponderEliminar¿Ahora vale que lo he arreglado y lo he puesto con mis palabras?
ResponderEliminarEscribir "con nuestras palabras" no es copiar el texto y cambiar algunos términos por sinónimos. Alberto, mejor escribir "con nuestras ideas" o, al menos, con una interpretación personal de la información encontrada en internet. Además, siempre es aconsejable, como hemos visto en clase, usar varias fuentes.
ResponderEliminarEs un tema muy interesante. Podrías editar el artículo con algunas de las cosas que nos ha contado José Luis. Qué grande la novena de Beethoven.
Sin embargo, sigo prefiriendo escuchar la música en vinilo... tiene un je ne sais quoi...
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