martes, 25 de enero de 2011

ESCENA DEL SOFÁ

Como hemos visto en clase, la escena del sofá de Don Juan Tenorio es, sin duda, una de las más conocidas del teatro español. Todo actor o actriz que se precie ha pasado alguna vez por el papel de Don Juan o por el de Doña Inés. En el siguiente vídeo, podéis ver algunas interpretaciones de conocidos actores recitando esta escena:



Fernando Guillén, Carlos Larrañaga, Paco Rabal, Concha Velasco,... y un largo etcétera de actores clásicos que representaban año tras año esta obra el día de Todos los Santos.

Sí, quizás no sepáis que antes de que llegaran las anglosajonas fiestas de Halloween, una de las tradiciones españolas era la representación anual de la obra Don Juan Tenorio en prácticamente todos los teatros del país durante la noche del 1 de noviembre. En televisión era casi obligada la emisión de una versión de la obra que cada año contaba con los actores más prestigiosos.
Esta costumbre, que va desapareciendo poco a poco (sólo algunos teatros siguen representando la obra y rara vez se emite ya en televisión) ha durado de forma ininterrumpida más de cien años, desde la primera representación de la obra en 1844.

Ved, por ejemplo, una versión cinematográfica de 1922:


Y aquí, una versión cómica interpretada por Chespirito, el popular Chavo del Ocho (la escena del sofá, a partir del minuto 10:08):


Las versiones de la obra son infinitas. Desde la originaria El burlador de Sevilla de Tirso de Molina el mito de Don Juan se ha repetido hasta la saciedad. Autores de la talla de Molière o Lord Byron realizaron versiones de esta historia, mientras que el enorme Mozart dedicaba a este personaje una de sus grandes óperas, Don Giovanni. En la escena final de la obra, Don Juan se enfrenta al castigo por su vida disoluta de la mano del Commendatore:


Entre las versiones modernas que intentan actualizar el mito, destacó sin duda la película Don Juan DeMarco, cuya conocida canción podéis escuchar aquí:



En fin, os animo a conocer mejor esta obra, y su conocida escena del sofá:


¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! Sí, bellísima Inés
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.

1 comentario:

  1. A mí el Tenorio no es que me guste demasiado, claro que tampoco lo entiendo demasiado y fue uno de esos personajes a los que me vi obligado a conocer en el bachillerato y de los que no guardo un especial recuerdo.
    También recuerdo que esta obra fui a verla a un teatro en el instituto, y la versión que vi (algo no tan clásico como las representaciones tradicionales del Tenorio) si que me gustó. Supongo que si lo interpretan gana mucho,...

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