Vamos a suponer que un día os encontráis en el bolsillo 21 monedas de 1 céntimo. Eso es todo. ¿Qué puede hacerse con 21 céntimos? La respuesta está cara: ¡Jugar a Tschuk! ¿Qué otra cosa podrías hacer con ellas?
Sin embargo no vale cualquier moneda. Las 21 monedas de las que hablo tienen pintados números del 1 al 7, uno en cada cara, de manera que cada moneda es diferente y ninguna de ellas tiene el mismo número en ambas caras. Si os paráis a contarlas veréis que sólo hay 21 monedas que sean diferentes entre sí.
Vale, ya tenemos las monedas así que es hora de empezar a jugar. En primer lugar barajamos bien las monedas y las colocamos sobre una mesa teniendo mucho cuidado de que nadie vea los números que han quedado boca abajo. Lo más sencillo es apilar las monedas ordenadamente formando una barrera entre los dos jugadores.
Una vez echo esto empieza el juego en sí. En su turno, cada jugador (es un juego pensado para uno o dos jugadores) coge una moneda de uno de los montones comunes, le da la vuelta y la coloca delante suyo (alineada con el montón de donde la ha cogido). Ganará el primero que consiga tener en su lado de la mesa al menos un representante de cada número. En caso de que se llegue al final de la partida sin que ninguno de los dos jugadores haya ganado el juego estos pueden, también por turnos, ir dándole la vuelta a las monedas de su lado hasta obtener una combinación ganadora.
Para jugar bien al Tschuk es recomendable repasar algunos conceptos matemáticos básicos. En particular habrá que repasar algunos conceptos de probabilidad y tener cierta destreza con el cálculo mental, ya que hay que hacer sumas y comparar fracciones. Se trata, probablemente, del juego de deducción más sencillo que conozco y la naturaleza de sus componentes invita a improvisarlo en cualquier lugar.
Un juego sin fisuras, sin reglas ad-hoc ni apaños. Sencillo, directo, elegante, minimalista. Y también un juego que invita a la revancha y que no aburre (¡la disposición inicial es diferente en cada partida!)
Tschuk es tan original e inteligente que estoy seguro de que pronto aparecerán mil variantes que usen esos mismo componentes. Mi más sincera enhorabuena a su autor Heinrich Glumper, su diseñador, y a la página www.boardgamegeek.com por recopilar este y muchos otros juegos.
Ya veo que no solo los alumnos cometemos faltas, porque no creo que se pueda jugar a(sin h) Tschuk sin matar un lindo gatito... : )
ResponderEliminarHa sido todo un detalle que te dieras cuenta de la errata y me la dijeras.
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